¿Es posible compatibilizar la agricultura y la energía solar? Algunas empresas están tratando de unir estos dos sectores para sacar el máximo provecho al terreno. Se están poniendo en marcha fórmulas para hacer compatibles la operación y mantenimiento de las plantas fotovoltaicas con la actividad agrícola y ganadera. Lo que se busca es compartir el uso de la tierra, no competir por ella.

Por el momento, se han puesto en marcha cinco proyectos piloto en España de lo que llaman la agrovoltaica, también ocho en Grecia y otros más en Italia. La idea es que en cada uno de estos proyectos se pruebe con unos cultivos diferentes para ver cómo se desarrollan estos huertos solares.

En España, uno de los proyectos más avanzados es el de Carmona, en Sevilla. Está previsto reservar 95 hectáreas a la agricultura y unos 200m2 a la apicultura, una actividad de gran tradición en la zona. En este sentido, se está barajando la posibilidad de sembrar plantas aromáticas como la salvia, romero, lavanda, cilantro y orégano, muy adecuadas para el hábitat de las abejas.

Con estas pruebas piloto lo que se quiere demostrar es que las energías renovables y la agricultura o ganadería pueden convivir sin problema en la misma zona. Además, existen algunas ejemplos de pequeñas instalaciones en Albacete o Valencia que están produciendo ciruelas y viñas respectivamente durante años.

Si bien es cierto que hasta el momento se había considerado que la producción de energía solar y las explotaciones agrícolas eran actividades incompatibles, sin embargo los conflictos que han surgido tienen sus soluciones. La agrovoltaica ayuda a crear empleo en las zonas rurales y mejora la resistencia a los efectos del cambio climático como plagas, sequías, inundaciones…

Además, la idea es que se produzca un win-win donde el agricultor gana porque ahorra en agua ya que se usa la misma con la que se limpian los paneles y la humedad que retienen los cultivos bajará la temperatura del suelo y, por lo tanto, aumentará el rendimiento de las placas.

En otros países ya están en marcha pruebas similares a estas por lo que muestra que la agricultura y las plantas fotovoltaicas pueden convivir sin mayores problemas.